Los autoclaves para laboratorio tienen la función de esterilizar los materiales que debes utilizar en los trabajos de investigación en los y análisis microbiológicos. Su misión principal es eliminar la contaminación en los instrumentos de cristalería, de esa manera, evitas la propagación de bacterias que pueden alterar los resultados en otros procesos en estudio.
¿Qué es un autoclave?
Un autoclave es el equipo utilizado para descontaminar, por medio de la esterilización, los materiales empleados en estudios y análisis microbiológicos. Su operación es confiable y contundente en procesos de investigación en el área de la salud, en el diagnóstico y control de instituciones hospitalarias, y de laboratorios de empresas privadas.
Esta marmita consiste en un contenedor metálico de recubrimiento grueso y cierre hermético, diseñado para trabajar a alta presión y temperatura, que genera vapor de agua como recurso esterilizador.
La presión que se produce en su interior logra que el agua adicionada con anterioridad, llegue a temperaturas por encima de los 100 ºC. La actividad simultánea de temperatura y presión ocasiona la desnaturalización de las proteínas de los microorganismos, que es su componente indispensable para la reproducción y vida.
¿Cómo realiza la función de esterilizar?
Durante el funcionamiento del autoclave, el vapor generado en su interior termina con los microorganismos por solidificación de sus proteínas celulares.
Este equipo produce vapor saturado a una presión determinada, permitiendo que su interior llegue a temperaturas superiores a los 100 ºC. El periodo de esterilización generalmente alcanza 15 minutos, sin embargo, en algunas ocasiones, dependiendo de las características del material, se requiere modificar el tiempo de esterilización.
Cuando se emplea este sistema de esterilización, se hace necesario controlar el equipo en los parámetros de temperatura, presión y tiempo de duración, porque son factores de riesgo en el proceso.
Tipos de autoclaves
Autoclave de clase N
Es el equipo de clase más baja y funciona como un esterilizador de materiales simples. No poseen bomba de vacío, por lo tanto, únicamente se esterilizan con él los instrumentos con una estructura sólida.
No se puede esterilizar cartuchos huecos o porosos, tampoco artículos en paquetes, porque sus ciclos no logran sobrepasar pruebas concretas desde el punto de vista físico.
Con estos equipos no se garantiza la correcta inserción del vapor. Tampoco tienen una alternativa de secado eficaz, como la poseen los autoclaves más avanzados.
Autoclave de clase S
Representa un nivel intermedio entre las clases N y B. Acá puedes esterilizar materiales más complejos, entre los que se encuentran los lotes de tipo B, menos los instrumentos de construcción capilar (lotes tipo A).
Con los de clase S se permite la esterilización de instrumentos de una sola capa, de envasados multicapa, y de otros instrumentos masivos que no se puedan esterilizar en autoclaves de clase N.
Disponen de una bomba de vacío para eliminar por completo el aire de la cámara antes de iniciar la esterilización. Además, aplican un pre-vacío de una etapa, aunque tiene menos eficacia que el vacío utilizado en autoclaves de clase B.
Autoclaves de clase B
Son los autoclaves certificados más avanzados que se utilizan en salones de belleza, estudios de tatuajes, clínicas dentales privadas, e incluso en hospitales.
Cumplen con todos los requisitos sanitarios y epidemiológicos. Esterilizan diferentes tipos de lotes, hasta los más complejos. Con autoclaves clase B se logra esterilizar cualquier tipo de carga.
El pre-vacío fraccionado del autoclave de clase B elimina el aire de la cámara completamente. Es el método más eficaz para esterilizar todo tipo de instrumentos y herramientas.
El esterilizador más utilizado en la actualidad es el de clase B, porque garantiza versatilidad y se amolda a los contextos más diversos. Es pequeño, pero te asegura un rendimiento óptimo,, con alta eficacia, y los mayores parámetros de seguridad.