Las cabinas de seguridad biológica se fabrican para proteger en el trabajo de contacto con agentes patógenos y proporcionan diferentes niveles de protección a quienes las operan bajo las clasificaciones de Clase I, Clase II y Clase III. Las de Clase II se subclasifican en A1, A2, B1, B2. Déjanos contarte más al respecto.
Clase I
Ofrecen protección tanto al operador como al ambiente, aunque no al producto trabajado, con una velocidad de aire al ingresar de 38 cm/s y son adecuadas para manipular agentes biológicos en un nivel de bioseguridad 1,2 o 3 a partir de un sistema de filtración HEPA en la extracción.
Clase II Tipo A1
Son cabinas que protegen lo mismo al operador que al ambiente y al producto trabajado, con una velocidad de ingreso del aire de 38 centímetros por segundo y son idóneas para las labores con agentes clasificados en los niveles de bioseguridad 1, 2, o 3 a partir de un sistema de dos filtros tipo HEPA.
Uno de estos está colocado sobre el área de trabajo y el segundo en el sistema de extracción de la cabina y este puede estar o no conectado a un sistema de extracción conectado al exterior por medio de un acople de los llamados «de campana».
Clase II Tipo A2
Ofrecen la misma protección para los operadores que para los productos y el ambiente con una velocidad de aire de ingreso de 50,8 cm/s y son aptas para trabajar con los agentes de los niveles de bioseguridad 1,2 o 3 a partir de un sistema de dos filtros HEPA con presurización negativa.
Se les conoce como «cabinas combinadas» y pueden conectarse mediante un ducto denominado B3, para el reciclado del 70 % del volumen interior. Si carece del ducto B3, se convierte en una cabina de bioseguridad del tipo A.
Clase II Tipo B1
Son cabinas que ofrecen protección tanto al operador como al producto y al ambiente con una velocidad de 50,8 cm del aire al ingresar en la cabina y son idóneas para trabajar con agentes de un nivel de bioseguridad 1, 2, o 3.
Tienen dos filtros HEPA, extraen 70 % del aire potencialmente contaminado mediante un ducto y lo reciclan después de filtrar el aire tomado del exterior a través de la rejilla frontal en un 30 %.
Permiten trabajar con cantidades muy escasas de agentes químicos tóxicos y radionucleidos a partir de la presurización negativa de todos los ductos que se encuentran biológicamente contaminados.
Clase II Tipo B2
Protegen tanto a los operadores como a los productos y al ambiente con una velocidad de ingreso del aire de 50,8 cm/s y resultan adecuadas para trabajar con agentes clasificados en un nivel de bioseguridad 1, 2, o 3, sobre un sistema de filtración de dos filtros tipo HEPA.
Se les denomina «cabinas de extracción total» y no presentan recirculación a partir de una presurización negativa. Presentan un ducto de extracción con el que se pueden manejar agentes químicos tóxicos y también radionucleidos.
Clase III
Protegen al ambiente, al operador y al producto de una manera adecuada para laborar con agentes de nivel de bioseguridad 4 a partir de un sistema de filtración compuesto de dos filtros tipo HEPA en serie en la extracción y otro para la admisión.
Son cabinas selladas por completo en las que el ingreso y la extracción de los elementos se realiza por medio de una caja con paso de doble puerta.
Conclusión
A las cabinas para la bioseguridad debes escogerlas de acuerdo con la categoría exacta de los agentes patógenos con los que trabajas para preservar al máximo tu integridad como operador y la del ambiente.